martes, 13 de septiembre de 2016

Ping-Bongo: la guerra de los cuñados.

La crisis postelectoral que se desató en Gabón se ha trasladado al Tribunal Constitucional. Será éste quien dirá la última palabra sobre las urnas. Pero, el sentir popular de los gaboneses es que este tribunal se llama la "Torre de Pisa" que no puede caer por dónde no está inclinada. En otros términos, nadie cree que pueda decir lo contrario del clan Bongo. Pero ¿quiénes son del clan Bongo y quiénes no?
Por poco que uno indaga, encuentra lazos increíbles entre los protagonistas de esta película. Resulta difícil encontrar la razón de la guerra ya que tanto Ali como Ping son criaturas de Omar Bongo, el primero como hijo y el segundo como yerno. Tan es así que Marwane Ben Yahmed del semanal Jeune Afrique no duda en decir textualmente: "Ping es un cocodrilo del mismo marisma que ha navegado la misma laguna turbia”. Veamos un poco los complejos lazos que unen a unos y a otros.
Ali Bongo es hijo de Omar Bongo, el que fuera presidente de Gabón durante cuatro décadas. Su madre se llama Josephine Kama actualmente llamada Patience Dabany, una famosa cantante conocida sobre el continente. Pese a la separación de su madre con Bongo, Ali se quedó con su padre y  en el momento de su muerte, ocupaba el puesto de ministro de la defensa. Sin embargo, a pesar de haber presentado su acta de nacimiento en toda regla y su partida de bautismo (fue bautizado católico antes de convertirse al Islam junto a su padre), sus opositores le acusan de ser de origen extranjero. Sus contrincantes creen que no es ni hijo de Omar Bongo ni de Patience sino hijo adoptivo originario de Nigeria.
Jean Ping es hijo de un padre chino llamado Cheng Zhiping de la provincia de Wenzhou (China) y de una madre gabonesa llamada Germaine Anina, originaria de Congo. Después de los estudios en la Sorbona, entra en la dinastía Bongo y se casa con Pascaline Bongo, la hija mayor del presidente Omar Bongo. De facto, se convierte en el cuñado de Ali Bongo. Durante mucho tiempo ocupa diferentes ministerios hasta tal punto que en el momento de la muerte de su suegro, se pensaba que podía ser heredero del trono. Pero finalmente, el destino favoreció a Ali Bongo.
Parece pues claro que la guerra que opone a los dos es una escenificación de los odios familiares llegados al terreno de la política. Los observadores de la política gabonesa creen que el malentendido entre los dos empezó cuando Jean Ping, siendo presidente de la Comisión de la Unión Africana, no tuvo el respaldo de Ali para renovar en el cargo.

Ahora la contienda está en manos del Tribunal Constitucional que debería hacer un recuento de los votos de la provincia de Ali Bongo dónde se cree que hubo fraude. Pero ¿quién es la presidenta del Tribunal Constitucional? Pues, otra del clan Bongo.
Marie-Madeleine Mborantsuo, presidenta de este Tribunal fue durante mucho tiempo compañera sentimental de Omar Bongo. En el marco de la amplia familia africana, está considerada como la madre de Ali Bongo y la suegra de Jean Ping. Estamos ante un caso único en el que dos miembros de la misma familia se enfrentan en la arena, cruzando las espadas ante un árbitro incómodo para los dos, también miembro de la misma familia. ¿Quién tendrá razón?
Es posible que el resultado de la contienda sea fruto de la presión internacional que está siendo fuerte  a favor de Ping en contra de Ali. En todo caso, sea lo que sea el resultado, Gabón está ya sumido en una fractura social sin precedentes y será difícil recomponer los tejidos rotos.
Gaetan



viernes, 2 de septiembre de 2016

Crisis postelectoral en Gabón.

Gabón estaba considerado desde hace pocas semanas uno de los países estables del continente negro. Bajo la dinastía Bongo durante el último medio siglo, nunca había habido ni una guerra, ni una rebelión ni revueltas internas. Tan es así que la situación actual, por ser sin precedentes, hace temer la erupción de un volcán apagado durante largo tiempo. ¿Cuáles son las causas de este conflicto y sus potenciales consecuencias?
Gabón fue colonia de Francia hasta 1960. Como en todos los países colonizados por Francia, los primeros presidentes fueron obligados a seguir los dictámenes de la tristemente llamada "Françafrique". Gabón no fue una excepción. El presidente León Mba fue elegido y casi impuesto por De Gaulle. Como si fuera poco, en 1964, el ejercito francés intervino para deshacer el golpe de Estado y mantener a León Mba en el poder.
En 1967, León Mba falleció de un cáncer y fue sustituido por su director de gabinete, el capitán Albert Bernard Bongo. Empieza entonces lo que se ha llamado hasta hoy la era Bongo.
Albert Bernard Bongo había ingresado en el ejercito colonial francés y posteriormente en sus servicios secretos. También, en algún momento integró la francmasonería, pertenencia que nunca ocultó. Convertido en presidente, servirá con aliado muy fiel de Francia, bajo todos los diferentes regímenes. En 1973, sin traicionar a sus amigos franceses, se convierte al Islam para poder integrar la OPEP y beneficiar del mercado del petroleo que Gabón empezaba a producir en grandes cantidades. Toma el nombre de El Hadj Omar y abandona así los nombres cristianos de Albert Bernard. Así mismo, instituye un partido único en el que todos los gaboneses tenían que entrar.
Durante todo este tiempo, Omar Bongo es amigo entrañable del famoso Jacques Foccart, aquel que hacía y deshacía los gobiernos africanos desde la presidencia de Francia. Durante décadas, Omar Bongo, junto con Houphouet Boigny de Costa de Marfil constituyen los pilares de la presencia francesa en África. A la muerte de Houphouet, Gabón se convierte en un punto focal de Francia. La base militar francesa se refuerza con soldados pre-posicionados, listos para intervenir en cualquier frente en África central.
A partir de 1990, el viento del multipartidismo se extiende por el continente. Gabón adopta el sistema de múltiples partidos pero nunca llegaron a funcionar realmente. Omar Bongo se encarga de mermarlos, corromper a sus dirigentes y apagar la prensa privada. Todas las elecciones están manipuladas. Todo con la bendición de Foccart y del gobierno francés.
Como se suele decir, la muerte no tiene piedad. Omar Bongo fallece en Barcelona (España) en 2009. Le sustituye su hijo y entonces ministro de la defensa, Ali Bongo. Este último organiza las elecciones que gana en medio de protestas y disturbios.
Desde entonces, siete años han pasado. Ali Bongo intentó cortar con el sistema de su padre, poner en marcha ciertos programas de desarrollo, reformas estructurales. Sin embargo, la caída del petroleo frustró algunos proyectos. Las elecciones actuales llegaron en esta etapa.
¿Qué pasa entonces ahora? Muchas cosas.
1. Por primera vez, Ali Bongo organizó las elecciones con un sistema electoral bastante controlable, dónde también los opositores podían estar representados en las comisiones electorales y en las mesas electorales. Entonces, es muy difícil falsificar los resultados.
2. Ali Bongo se ha enfrentado a un adversario serio y potencialmente capaz de derrocarlo. Jean Ping fue presidente de la comisión de la Unión África. Aunque apoyado por Bongo, Ping aprovechó el puesto para tejer amistades y hacerse conocer al público gabonés.
3. A pesar de que Ali Bongo no fue tan malo como su padre, el pueblo de Gabón está cansado de la dinastía Bongo. El hecho mismo de que sean los Bongo quienes dirijan el país durante medio siglo levanta rechazo. El problema de Ali es probablemente su apellido, Bongo. A esto, hay que añadir el hecho de que Ali Bongo ha sido varias veces acusado de ser extranjero. En África, la xenofobia es un tema que se manipula con facilidad cuando el sospechoso de ser extranjero llega a un cierto nivel de la vida pública.
4. No parece que Ali Bongo esté en la misma sintonía con el gobierno francés como lo era su padre. De momento, el ejercito francés permanece quieto en sus bases de Libreville.
La crisis actual viene de todo ello pero la chispa saltó cuando Bongo fue proclamado electo con una diferencia de 5.000 votos con respecto a Ping. Y además haciendo creer que la provincia de Bongo le había votado con un 95% con una participación de 99% cuando en el resto del país la participación fue de 59%. Cualquiera dudaría de esos resultados.
A partir de allí, todo es posible: desde una guerra civil hasta una mediación internacional. Todo dependerá de cómo se gestionará la crisis tanto de parte de Bongo como de Ping y de la comunidad internacional. Como las crisis africanas tienden a tomar el cariz tribal, se puede temer la radicalización que nos llevaría a otra situación dramática en un país que se había mantenido tranquilo durante años.
                                                           Gaetan