jueves, 28 de enero de 2016

Gbagbo o el vencido ajusticiado.

Se suele decir que la justicia perfecta no es de este mundo. Por mucho que se nos venda la neutralidad de la justicia y la igualdad de todos ante la ley, es muy difícil creer en este principio ya que la perfección del hombre es imposible. Lo que está ocurriendo en el Tribunal Penal internacional de La Haya puede confirmar mi propósito.
Laurent Gbagbo era presidente de Costa de Marfil desde octubre 2000 hasta abril 2011 cuando fue detenido por los combatientes de su adversario político, Alassane Ouatara, el actual presidente del país. Desde entonces, Gbagbo se encuentra entre las manos de la justicia internacional acusado de crímenes contra la humanidad.
Nadie puede asegurar que este señor no haya cometido los crímenes por los que se le acusa. Eso solamente lo podría establecer un tribunal. Lo que sí levanta la preocupación es algo sencillo: Durante los enfrentamientos post-electorales que llevaron al derrocamiento del presidente, había dos bandos enfrentados. ¿Cómo es posible que el vencido se encuentra en el banquillo mientras el vencedor se encuentra en el gobierno de la nación? ¿Na cabría sospechar que se trata de una manera de deshacerse del adversario incómodo y fortalecer al vencedor?
Desde un cierto tiempo, se viene criticando la parcialidad del Tribunal Penal Internacional. Se le acusa principalmente de acosar a los mandatarios africanos como si fueran los únicos malos en este mundo. No se trata de exculpar a los que hacen barbaridades. Se trata más bien de que la justicia sea igual para todos. ¿No hay en Europa, o en Asia o en América mandatarios que hayan cometidos crímenes contra la humanidad durante sus mandatos? 
Volviendo al tema de Gbagbo, hay que recordar que Costa de Marfil entró en una guerra en 2002. Una rebelión basada en el norte y afín a Alassane Ouatara dividió el país en dos durante nueve años. En 2010, siguiendo los acuerdos de paz, se organizaron las elecciones presidenciales de los que los resultados fueron controvertidos. Tanto Gbagbo como Ouatarra se declararon vencedores. Estalló entonces otra vez el enfrentamiento que llevó al poder a Ouatara en 2011 habiendo hecho prisionero a Gbagbo. El nuevo presidente, para deshacerse de un prisionero incómodo, lo entregó a La Haya.
Desde entonces, hay muchas preguntas en distintos sitios de África: ¿Gbagbo es el peor de todos los presidentes de este mundo? ¿Cuándo el TPI detendrá a los sanguinarios que circulan en este mundo en total impunidad?
No hay esperanza de que Gbagbo salga blanqueado del juicio. Pero el hecho mismo de que esté en el banquillo sólo sin nadie del otro bando empieza a socavar la credibilidad de la justicia internacional.

domingo, 24 de enero de 2016

Mi querido Bakouma atacado

Bakouma es una ciudad situada a 900 km de Bangui (República Centroafricana), y a 130 km de Bangassou. Allí pasé los mejores años de mi vida haciendo lo que me gustaba: la evangelización y el desarrollo. El jueves 21 de enero de 2016, un grupo armado irrumpió a la parroquia san Andrés desde atrás dónde está una pequeña catarata sobre la que un misionero holandés, el padre Henri había instalado una pequeña central eléctrica. Aparecieron de manera imprevista a la parroquia y detuvieron a dos religiosas de América latina, Claribel y Sandra así que un seminarista. Después de amenazarles y golpear seriamente a la hermana Sandra, rompieron las puertas del convento de religiosas y del presbiterio de curas. Cogieron todo el material electrónico que podían encontrar (ordenadores, una radio de comunicación, teléfonos móviles etc) pero también otras cosas de valor. Secuestraron algunos trabajadores centroafricanos de la ONG americana llamada CRS (Catholic Relief Service) pero luego posteriormente los dejaron en libertad. Todo se pasó por la tarde, hacía las 17 horas. Todo el pueblo de Bakouma se vio una vez más conmocionado por este ataque que les cogió por sorpresa. Las primeras informaciones hablaron de los combatientes de la LRA del celebre señor de guerra ugandés, Joseph Kony. Pero, algunos empezaron a pensar que quizá fueran otros grupos armados que no faltan en la zona. Si fuera obra de Joseph Kony, sería por primera vez que ataca directamente la iglesia católica en Centroáfrica. Por otro lado, sus ataques suelen tener por objetivo el saqueo de víveres para sus combatientes y no prioritariamente el material electrónico.
Gaetan en medio de las hnas Claribel y Sandra (Julio 2015)

Esta desgracia viene cuando hace poco se desató en misma zona de Bakouma la epidemia del virus llamado monkey pox que se conoce en español como la viruela del mono. Se trata de una enfermedad que se transmite de monos infectados al hombre y a partir de allí, del hombre al hombre. El afectado fiebres altas y irrupción de botones sobre el cuerpo pudiendo causar la muerte. En estos momentos la ONG Médicos Sin Fronteras está a pie de obra intentando atajar la epidemia. Hay que recordar que la República Centroafricana es un país actualmente considerado como fallido. Muchos sitios están bajo control de los grupos armados y ningún servicio puede garantizar la seguridad o el bien estar básico de los ciudadanos. Por otro lado, el país está en un proceso electoral que tiene que poner fin a la transición y poner las bases de la estabilidad y el desarrollo.

sábado, 16 de enero de 2016

De Kabila a kabila, 15 años

Hace exactamente hoy 15 que Laurent Désiré Kabila fue matado y sustituido por su hijo Joseph kabila. El tiempo cambia mucho. Lo que no cambia mucho es la situación socio-política de la República Democrática del Congo. Era el 17 de enero, cuando un gualdaespalda entró en el despacho del presidente Kabila y de un tiro en la cabeza, acabó con la vida del antiguo revolucionario. Directamente después, el jefe de gabinete del presidente, el colonel Edy Kapend, abatió sin miramientos al joven asesino. La estremecedora noticia corrió por el mundo como una pólvora por la magnitud del acontecimiento mientras el gobierno se empeñaba en difundir que Kabila estaba siendo curado en Zimbabwe. Pocos días después, su hijo fue propuesto como sucesor y desde entonces, 15 después, Joseph Kabila sigue allí. Kabila padre había sido uno de los guerrilleros del Congo de después de la independencia. Cuando la rebelión fue vencida por Mobutu, dejó la lucha abierta y se dedicó al contrabando entre su país y los países del este. En 1996, apareció de nuevo liderando una coalición fabricada por los países vecinos (Ouganda, Rwanda y Burundi) para derrocar a Mobutu. La lucha no duró mucho. En menos de seís meses, consiguió lo impensable, es decir, atravesar un país equivalente a Europa Central y llegar a Kinshasa. Después de la huida de Mobutu, kabila se auto-proclamó presidente y Zaïre se reconvertió en la República Democrática del Congo. Dos años después, rompió la amistad con sus aliados y el Congo se vio otra vez sumergido en un sinfín de rebeliones. Muchos países intervinieron, unos para apoyar a Kabila, otros para luchar contra él. Los frentes se paralizaron. Ni vencedor ni vencido, solamente víctimas que suelen ser siempre los más débiles. En 2001, Kabila fue abatido y su hijo tomó el relevo. Desde entonces, se firmaron diferentes acuerdos para poner fin a la guerra pero el este del país sigue siendo una tierra de nadie. A pesar de la presencia de más de 20.000 cazcos azules de la ONU, el este de Congo sigue siendo un lugar dónde se violan a miles de mujeres, se reclutan a los niños y se matan a los pobres ciudadanos. Muchos congoleños viven en campamentos de desplazados. Se cuenta que habría 85 grupos armados diseminados por todo el este y no parece que alguien esté haciendo un esfuerzo para acabar con ellos. La República Democrática del Congo es uno de los países más ricos en minerales y también uno de los más pobres del mundo. El 80% del coltan mundial se encuentra en la parte oriental exactamente en esa tierra de nadie. Es una contradicción que no debe extrañar porque dónde hay carne, aparecen los carroñeros. Se llegó a decir que la riqueza de Congo es su propia miseria. Entre tanto, los políticos se dedican a pronunciar grandiloquentes discursos y a tender trampas buscando una oportunidad para ocupar los puestos. ¿Habrá paz en el Congo? ¿Habrá prosperidad? Gaétan

lunes, 11 de enero de 2016

Centroáfrica: El Papa, la paz y las urnas.

El tiempo pasa muy rápido y nos hace olvidar muy rápidamente los acontecimientos bonitos mientras que el mal imprime su huella en la duración. Ya ha pasado más de un mes que el Papa se atrevió a poner sus pies descalzos en la mezquita de Bangui y a cruzar los barrios más revueltos de la dicha ciudad. Desde entonces, si no se habla mucho de Centroáfrica, significa que el bien reina sobre el mal, la paz sobre la violencia, el sentido común cobre la sinrazón. El Papa consiguió un milagro inesperado. Hasta los más radicales llevan tiempo en sus escondrijos, sin manifestarse. Entre tanto, la calma ha permitido la organización de las elecciones.
El día 30 de noviembre, el Papa visitaba la capital sangrienta de Bangui que llevaba meses envuelta en un violencia absolutamente irracional entre los distintos grupos armados. Todos acogieron al mensajero de Dios con aplausos y respeto. Las armas se callaron. Los musulmanes le recibieron en su barrio con mucha alegría; los cristianos pudieron ver como abría la puerta de la Catedral por anticipación del año de la misericordia. Centroáfrica se convirtió así en la capital mundial de la misericordia según las propias palabras del Papa Francisco. Su visita transcurrió sin incidentes desafiando todos los pronósticos de los servicios secretos de Francia y otras potencias.
Su visita no ha pasado en vano. El pueblo centroafricano aprovechó la oportunidad para organizar las elecciones presidenciales y parlamentarias el día 30 de diciembre. Concurrieron 30 candidatos en la presidencia, todos deseando ocupar una sola plaza. De manera global, a pesar de las carencias de logística y algunos signos incidentes por aquí, por allí, los observadores neutrales califican las elecciones de positivas.
En este momento, ya se conoce los resultados. Si el Tribunal Constitucional da el visto bueno, dos ex-ministros tendrán que ir a la segunda vuelta. Se trata de Anicet Georges Dologuele, ex primer ministro de Patassé y Faustin Touadera, ex.primer ministro de Bozizé. Paradójicamente, Bozizé que se encuentra en el exilio en Uganda, invitó a sus votantes a sostener a Dologuere y no a su primer ministro Touadera, más cercano a su partido KNK. Ahora, los dos competirán en la segunda vuelta con los miembros de KNK divididos entre los que oyen el llamamiento de Bozizé y los que prefieren votar a Touadera. La segunda vuelta será el 30 de enero.
El que fuera favorito en las encuestas, también ex-primer ministro, Martin Ziguele es el peor parado con el cuarto puesto, lejos de los dos primeros. Los analistas creen que el pueblo se le ha castigado por su ambigüedad acerca de Seleka. Últimamente, está multiplicando las declaraciones del mal perdedor, llegando incluso a exigir el recuento de votos.
En el interior del país, la violencia ha bajado de intensidad. En muchas ciudades, la vida va volviendo a la normalidad. Quedan los salteadores del camino de molestan en algunos sitios como por el ejemplo entre Bakouma y Bangassou dónde hace dos días un grupo armado irrumpió sobre la carretera y mató a una mujer, hiriendo a varias otras personas.

sábado, 9 de enero de 2016

Las guerras africanas (part 7)

La guerra de Somalia.

Somalia es desde más de 20 años el prototipo de lo que se llama en el lenguaje internacional "un país fallido". Este término se aplica tan bien porque realmente el país se rompió en pedazos perdiendo por completo las características de un estado. Desde 1995, su sede en la ONU está desocupada. Somalia es la cara más amarga de un país que junta a la vez la codicia, la corrupción, el egoísmo, la pobreza y tantas otras lacras típicas de la degeneración. El resultado es una violencia generalizada y una lucha de todos contra todos, muchas veces, sin sentido.

Origen del conflicto.

La colonización de Somalia fue un caso atípico. Pasó sucesivamente entre las manos de Francia, Italia, Reino Unido. También una parte importante estuvo bajo dominio de Etiopia y otra bajo dominio de Kenya. Este hecho hizo que después de la independencia, Somalia nunca tuvo una identidad como estado. Se puede fijar la independencia en 1960 cuando Inglaterra e Italia se entienden para dejar el territorio.
En 1969, el general Siad Barre hace un golpe de Estado e instala una dictadura. Consigue apoyo de Estados Unidos y otorga el mercado de la explotación del petróleo a las empresas americanas: CONOCO, AMOCO, CHEVRON, PHILIPS.
En 1991, el dictador Siad Barre es derrocado por una coalición de movimientos militares heteróclitos sin programa político. Lo único que les unía era el derrocamiento del dictador. Una vez que se va el dictador, la alianza se rompe en mil pedazos cada grupo reuniendo a los de su tribu. El país cae entre las manos de los señores de la guerra sin mando central. La guerra civil estalla en todas partes. Uno de los movimientos (Movimiento Nacional Somali) proclama unilateralmente la independencia del norte. El otro movimiento importante (Congreso Unido Somali) controla la capital y el resto del país.
Durante todo el año 1991 y 1992, el país se sumerge en un caos indescriptible. La sequia se añade a la desgracia y estalla una hambruna sin precedentes, matando a miles de personas. Los organismos internacionales intentan intervenir en vano. Todas las ayudas están secuestradas por los milicianos de una banda u otra. El pueblo se queda sin nada. Entre tanto, la hambruna sigue su curso. Los trabajadores humanitarios están secuestrados o matados. La situación conmueve al mundo entero.

Intervención de la comunidad internacional

La ONU impulsa acuerdos de paz entre las facciones para alcanzar una cierta reconciliación. Para fortalecer el proceso de paz, se decide enviar los cascos azules para proteger la ayuda humanitaria y mantener la paz. Pero no hay ninguna paz que mantener.
En 1992, se inicia la primera operación UNOSOM. Muy pronto, la ONU se da cuenta que la misión de paz estaba siendo desbordada. Miles de personas seguían muriendo en todas partes. En 1993, se decide robustecer la misión de paz con UNOSOMII. Tampoco se consigue parar la sangría. Las diferentes facciones siguen luchando entre sí y robando las ayudas humanitarias.
Dos señores de guerra obstaculizan enormemente la paz: Ali  Mahdi Mohamed considerado como presidente interino y Mohamad Farrah Aidid. Cada uno tiene sus sanguinarios milicianos y reina como un monarca.
Los Estados Unidos deciden enviar más tropas bajo el paraguas de la ONU en una operación llamada "restore hope". En muy poco tiempo, despliegan más de 40.000 militares con la autorización de abrir fuego ofensivo. La idea era crear un efecto persuasivo y parar las matanzas. Todo debía funcionar bajo el mando de la ONU.
Sin embargo, sin avisar a la ONU, los Estados Unidos deciden enviar una unidad de élite con el objetivo de capturar a Mohamed Farrah Aidid. Su primer intento fue un fracaso rotundo. Murieron más de 30 militares americanos y los milicianos del señor de guerra hicieron una macabra procesión en la calle con algunos cuerpos de los soldados americanos capturados. Aquellas escenas empujaron el gobierno americano a retirar sus tropas. La misión había fracasado.
En 1995, la ONU toma una decisión histórica de abandonar Somalia. La comunidad internacional se desentiende el problema somalí. Ya nadie se conmueve de lo que sucede allí. Ningún país querría arriesgarse a enviar sus tropas después de la retirada de los americanos. Somalia se hunde definitivamente en el caos durante 20 años. Durante todo ese tiempo, el país desparece como estado. Ni gobierno, ni representación en la ONU ni diplomacia internacional. El país se divide básicamente en tres partes: el norte llamado Somaliland más o menos estable, el centro con un mínimo de gobierno y el sur absolutamente caótico.

Intentos de los países africanos.

En 2004, después de intensas negociaciones, se acuerda formar un gobierno de transición en Kenya.
En 2006, el gobierno de Etiopia decide intervenir directamente en Somalia. Con un ejército organizado y potente, cruza la frontera y llega a la capital echando a los señores de guerra. Con el apoyo de Estados Unidos, consigue instalar el gobierno de transición en la capital y un parlamento de transición. Sin embargo, las guerrillas siguen en otras partes del país.
En 2007, los Estados Unidos bombardean algunas ciudades bajo pretexto de luchar contra Alqaida. Entre tanto, la Unión africana decide enviar tropas con misión ofensiva. Uganda y Burundi se comprometen a proporcionar el grueso de los militares. Siendo los dos países bien organizados, sus soldados consiguen arrebatar muchas ciudades entre las manos de los milicianos. Sin embargo, uno de los grupos radicales llamado Al Shabab se opone forozmente a la Unión Africana y emprende acciones bélicas contra los países protagonistas.
En 2011, kenya decide unilateralmente entrar en acción. Cruza la frontera con un potente ejército y ocupa las ciudades del sur.

En la actualidad, Somalia sigue sangrando. Las fuerzas africanas intentan devolver la paz a gran parte del país pero las guerrillas no abandonan la lucha. El terrorismo de Al Shabab sigue azotando dentro y fuera del país. Las autoridades de transición viven bajo miedo  de asesinatos y ataques terroristas. El territorio es un nido de todo tipo de tráficos y mafias. Somalia es un país fallido.
Gaetan