sábado, 20 de junio de 2015

INMIGRANTES AFRICANOS

(artículo publicado en el blog de El País, África no es un país)

¿Qué sabemos de los inmigrantes africanos?

Resulta muy fácil hablar de la inmigración desde el punto de vista del observador y, más aún si este vive en el mundo occidental. Es frecuente escuchar afirmaciones categóricas que nadie se atreve a replicar, bien por desconocimiento del tema o sencillamente porque son tópicos habituales instalados en nuestra imaginación. Pero, la cruda realidad solo la conocen sus directos protagonistas que, muy rara vez, tienen espacio para explicar su situación.
Yo también fui inmigrante en distintos países y en circunstancias especialmente difíciles, y sé que muchas de las afirmaciones merecen ser matizadas cuando no son rotundamente erróneas. Otras hieren, sin saber, la sensibilidad de los africanos que las oyen, bien por no coincidir con la realidad o por ser sencillamente humillantes. Muchas veces cuando se habla de África desde Europa, parece que se está hablando de otro planeta, de un lugar completamente exótico donde no existe ningún atisbo de esperanza, en un entorno donde el sufrimiento hace rechinar los dientes y donde la totalidad de los habitantes viven sumergidos en una indescriptible miseria. Ciertamente algo de verdad habrá en lo que se dice pero la mayoría de esos tópicos son representaciones mentales alejadas de la realidad.
Cuando yo fui inmigrante, no fue por miseria personal ni por la búsqueda de Eldorado en algún lugar de la tierra. Fue por motivos históricos y humanos que cualquiera podría entender con tal de querer conocerlos. No nací con ansias de salir de mi país, ni crecí pensando en huir de la vida ordinaria de mi pueblo. Al contrario, como muchos otros africanos, crecí soñando con insertarme en mi propia sociedad y luchar como todo el mundo, ganarse la vida, hacerse respetar y alegrarse de sus propios logros. Nadie nace y vive pensando en tierras lejanas, sin más, cuando lo hace, es por algo. La inmigración es un fenómeno que tiene causas muy concretas.
Muchas pueden ser las razones por las que una persona decide emigrar y deja su país de nacimiento. En el caso concreto africano estas razones se pueden dividir en tres categorías: la inmigración forzada, la inmigración pensada, la inmigración sugerida.
La inmigración forzada:
Se trata de una decisión que toma una persona a causa de una serie de condiciones vitales muy exigentes. Aquí se puede hablar por ejemplo de la guerra. Cuando la guerra llega a tu casa, no tienes tiempo ni para pensar ni para elegir. La única vía que se te ofrece es escapar siguiendo la voz del instinto. Si la guerra es ideológica o étnica, en la mayoría de casos, el que huye no vuelve pronto sino que busca la posibilidad de establecerse en otros lugares más seguros lejos de su ámbito ordinario. Muchos de los inmigrantes han salido de sus países incluso después de haber logrado desempeñar buenos puestos de trabajo o estando en época de su mayor esplendor intelectual. Esos suelen estar  bastante bien preparados para integrarse en la nueva sociedad donde llegan.
Este fue mi caso en un momento de mi vida. Nunca había pensado salir de mi país, cuando de repente, una guerra atroz me obligó a ello. En estas circunstancias, cuando tienes cierta capacidad intelectual o cierto empeño moral, te lanzas a  la aventura, incluida la aventura de muy alto riesgo, con tal de conseguir una vida donde la existencia tenga la tranquilidad necesaria sin la permanente incertidumbre de poder perder la vida. Se puede decir entonces que la guerra se convierte en una causa de la inmigración y del despertar de unos instintos de aventura muy arriesgadas en nosotros pero que si no hubiera esta circunstancia, se quedarían dormidos.
Evidentemente, muchos son los que se quedan muy cerca de sus países esperando que la situación mejore. Los inmigrantes que van lejos son los que tienen ciertas capacidades morales, intelectuales e incluso económicas. Por tanto, no son los más débiles ni los más pobres los que emprenden viajes largos hacia tierras lejanas. Estos, no pueden, ni siquiera emigrar.

La inmigración pensada.

Se podría hablar aquí de la inmigración económica. Se trata de una persona con cierta preparación cultural que busca oportunidades imposibles de encontrar en su país. Son muchos los que finalizan sus estudios universitarios en sus países pensando en irse a otros donde el trabajo es más abundante y fácil de conseguir, dónde pueden desarrollar sus aptitudes, donde creen que se valora a las personas mirando su capacidad y no otras consideraciones que poco, o nada, tienen que ver con la profesión.
En la mayoría de casos, esos tipos de viajes se preparan detenidamente, se barajan diversas opciones antes de iniciarlos. Muchos de los que integran esta categoría empiezan a peregrinar por embajadas y consulados en la búsqueda del visado.  Cuando por la dificultad para conseguirlo, se decepcionan, entran en la vía del riesgo. ¿Alguien se acuerda de la atleta somalí, Samia Yusuf, participante en los juegos olímpicos de Pekín de 2008 y ahogada en la patera del Mediterráneo en 2012 intentando alcanzar su sueño en Europa?

Hay casos en los que son los familiares ya instalados en los países de acogida los que hacen las gestiones para facilitar este tipo de inmigración. Buscan las cartas de invitación, los contratos  de trabajo etc. para que su familiar viaje con toda normalidad. Este tipo de inmigración suele ser de gente muy cualificada o, en todo caso, preparada para el mundo laboral, o listos para superar estudios superiores.
Hay que decir que en general, las embajadas y consulados occidentales en África son tan implacables y en algunos casos hasta irrespectuosos, que muchos de los que podrían inmigrar legalmente acaban haciéndolo ilegalmente y exponiendo así sus vidas. Por lo que se refiere a mi caso, alguna vez, teniendo toda la documentación en la mano y habiendo vivido ya en Europa, me denegaron el visado de turista del espacio Schengen durante dos años, sin ninguna explicación.
En este caso, las familias suelen contribuir económicamente para ayudar al viajero esperando recoger los frutos al final del viaje. Los que tienen familias esperan recuperarlas una vez conseguida la estabilidad en el país de destino.

La inmigración sugerida.

Aquí se trata de lo que se llaman comúnmente las “víctimas de las redes mafiosas”. En este mundo existen muchos grupos criminales que viven a costa de la vida de los demás, sin escrúpulos y sin un mínimo de humanidad. No es un monopolio de África sino que estos tipos de redes existen en todos los países, bajo distintos nombres y con distintos objetivos. Desgraciadamente muchos son los que caen bajo la fuerza de su mentira.
Los criminales de la inmigración clandestina suelen presentarse como bienhechores que ofrecen el futuro a cambio de casi nada. Prometen ayudar a viajar y dar trabajo al llegar al destino final. Muchas tienen sedes en Europa y células en capitales africanas con distintas especialidades: la falsificación de documentos, la corrupción de los funcionarios, la complicidad en la administración etc.
En algunos casos son redes de pornografía o de prostitución que se interesan principalmente de las chicas jóvenes desempleadas o en situación de precariedad social. Aprovechan la ingenuidad y les prometen un futuro idílico. Para una chica que no conoce más que su reducido mundo, es fácil engancharla en una red donde todo es color de rosas.
En otros casos, se trata de chicos soñadores a los que las redes prometen formación especial y trabajo con un sueldo millonario. En un país donde los jóvenes tienen poca formación, donde la tasa de desempleo supera todos los cálculos, cualquier promesa de una vida mejor cala profundamente en el corazón.
En general son estos los que emprenden largos viajes en medio de muchos riesgos hacia lugares desconocidos. En el camino, las chicas están sometidas al acoso sexual o incluso a la violación. Cuando consiguen llegar a Europa, las someten a la prostitución, las tratan como mercancía, la hacen pagar todo el dinero del viaje y los beneficios de lo que ganarán en el futuro. Desprotegidas, sin pasaporte y sin conocer la lengua, viven en un régimen de esclavitud en medio de las grandes ciudades occidentales donde día y noche las administraciones y la prensa locales alaban la libertad lograda y los derechos humanos conseguidos.
Para los chicos, la suerte es diferente. Antes de llegar al destino, están expoliados de lo poco que tienen. Muchas veces, cuando el viaje se complica, los traficantes los abandonan en el peligro y desaparecen.
He aquí la causa del drama de las vallas de Melilla, de las embarcaciones de miseria a la deriva, de los sueños frustrados en medio del camino, de las vidas acabadas en el desierto de Sahara o en el fondo del mar. Entre tanto, las mafias siguen prosperando. Muchos de los integrantes de las mafias son europeos con pasaporte válido. Por tanto se mueven entre Europa y África sin obstáculo y son capaces de entregar a los seres humanos a la esclavitud o a la muerte sin ningún remordimiento.

Autor: Gaetan Kabasha.


domingo, 14 de junio de 2015

La CPI y los países africanos

La cumbre de la Unión Africana en Sudáfrica este fin de semana con la participación del presidente sudanés Omar El Bechir reabre el debate de la relación entre la CPI y los países africanos. Omar Bechir está acusado por la CPI de crímenes contra la humanidad y está bajo orden de busca y captura desde 2006. La CPI pide a las autoridades de Sudáfrica su arresto. La pregunta que se hace es: ¿se puede realmente detener a un presidente en ejercicio? ¿Hay antecedentes en la historia reciente?
El único caso conocido en la historia reciente cuando un país detuvo a un presidente en ejercicio de otro país fue Manuel Noriega en 1989. Pero en este caso fue un invasión abierta de Estados Unidos contra un país independiente Panamá. No fue bajo orden judicial internacional sino una guerra abierta de un país contra otro.
El otro caso que creó mucha polémica aunque no se trató de un arresto ni nada por el estilo fue la detención del avión del presidente boliviano en el aeropuerto de Viene en julio de 2013 con Evo Marales dentro. En este caso, se sospechaba que el presidente llevaba a Snowden, el ex-agente de inteligencia americano. El hecho desató una polémica sin precedentes y puso de manifiesto que no es tan sencillo tocar a la inmunidad diplomática de un presidente en ejercicio.
Otro caso conocido fue la comparecencia del presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta a la CPI en octubre 2014. Pero en este caso, el presidente se presentó libremente a la corte como uno cualquiera a pesar de estar en pleno ejercicio de su mandato.
Desde que la CPI se puso en marcha con la firma de muchos países africanos, muchas voces se alzaron contra su proceder denunciando, con razón o sin ella, que la corte se está ensañando contra los mandatarios africanos. La fiscal general de la corte se defiende diciendo que la mayoría de casos en la CPI fueron denunciados por los propios países africanos.
En todo caso, parece difícil pretender arrestar a un presidente en ejercicio. El caso produciría consecuencias desconocidas ya que la soberanía de cada país es un elemento intocable en cuanto al prestigio de cada pueblo. Nadie sabe qué pasaría en el país del presidente arrestado, las reacciones de los otros países africanos ni las consecuencias en cuanto a las relaciones internacionales entre África y el resto del mundo. En fin, es un tema que merece mucha reflexión.

viernes, 12 de junio de 2015

Entrevista en HOY GUAREÑA (Extremadura)

NTREVISTA

"Si la Comunidad Internacional sigue apoyando y si los beligerantes respetan su palabra, habrá paz en Centroáfrica"

Así lo afirma el misionero Gaétan Kabasha a HOY Guareña en una entrevista cuando pasó por Guareña y contó que el desarrollo africano pasa por la educación sistemática de todos

NOTICIA DE PEDRO FERNÁNDEZ LOZANO10/06/2015

"Si la Comunidad Internacional sigue apoyando y si los beligerantes respetan su palabra, habrá paz en Centroáfrica"
Gaétan Kabasha posa para HOY Guareña en la terraza de la piscina municipal en el pasado mes de mayo. Foto: Pedro Fernández Lozano
Gaétan Kabasha ha pasado por Guareña acompañado de unos amigos, uno, nativo de aquí, José María Molina, y la esposa de éste, la madrileña María José Bermejo. Gaetan nació en Kigali (Ruanda) el 20 de marzo de 1972, país de África Central sin salida al mar, que limita con Uganda, Burundi, República Democrática del Congo y Tanzania. La dependencia de la agricultura de subsistencia, la densidad demográfica alta y en aumento, la disminución de la fertilidad del suelo y el clima incierto, hacen de Ruanda un país todavía pobre. Es recordado hoy día por las sangrientas guerras que lo azotaron recientemente y, particularmente, por el genocidio ocurrido en 1994, en el que las muertes superaron el millón de personas, y Gaétan lo vivió.
HOY Guareña se acercó a este personaje que parecía interesante por lo que nos pudiera contar. Vive en España y está comprometido con el desarrollo de África y un mundo más humano. Licenciado en Filosofía, está elaborando la tesis doctoral sobre violencia colectiva, tiene experiencia en desarrollo rural y en sistema social de África. Habla el francés, inglés, castellano, kinyarwanda, lingala y sango. Es capellán del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid. Lleva 4 años.
Gaétan es Misionero en Centroáfrica (2003-2011). Está incardinado en la diócesis de Bangassou, en República centroafricana. El obispo es Juan José Aguirre, de Córdoba. Cruzó Congo para salvarse del genocidio y llegó a Centroáfrica, después de vivir experiencias difíciles, "Dios me abrió los ojos sobre la miseria, sobre la humillación...". En tiempos de dificultades su fe creció y "estaba más seguro en la presencia de Dios", afirma.
El genocidio en sí sólo duró tres meses, entre los hutus y los tutsis pero la guerra había durado 4 años. Estudió en el seminario de Bangui entre 1997-99 y el obispo le envía a estudiar a España (1999-03), en Madrid.
Después decidió volver a Centroáfrica, se hizo cura en 2003 y comenzó su labor como misionera metido de pleno por el desarrollo, "no solo evangelizar, sino también ayudar al pueblo a salir de la miseria", trabajando en la Fundación Bangassou. "Si queremos desarrollar África hay que ir más allá del aspecto humanitario", afirma.
¿Por dónde empezamos para desarrollar África? Sostiene que hace falta dinero, más negocios, actividad comercial, pensamiento, plan general de desarrollo. Entre la oenegé, lo humano, y el estar cruzado de brazos quieren llegar a explotar este espacio para el desarrollo de África. Otro aspecto es asesorar a gobiernos y empresas que quisieran apostar por el desarrollo de este continente. "Los que vienen de fuera saquean, los gobiernos no priorizan, les hace falta asesoramiento y esto hace frenar a los predadores. Por eso la educación es importante, que la gente estudie y que los gobiernos se dejen asesorar", explica. En algunos países, más del 80% no saben leer ni escribir, dice. Asegura que no se sabe el censo que hay, sólo una estimación del mismo.
Kabasha hizo un curso de alfabetización. Hay un proyecto para formar a formadores. Dice que hay que elaborar proyectos donde se puede conseguir financiación. "Los ministros sí quieren hacer cosas pero están mal asesorados", dice. Gaétan quiere estudiar, pensar en problemas y cómo atajarlos. Sanidad y Educación, dos pilares de progreso y necesidad vital para el desarrollo.
Ruanda tiene importancia su ubicación geográfica, interés geopolítico; allí está la cabeza del nacimiento del Nilo y el río Congo, aguas que van al Índico y al Atlántico. Zona de prosperidad y de proximidad a zonas de conflicto (Congo). En el país vecino, Congo, hay mucho Coltán, mineral determinante para la construcción de información.
Después de estudios en España, "volví a la República Centroafricana donde me hice sacerdote. Durante ocho años, estuve trabajando en una zona remota de este país donde las personas luchan cada día por sobrevivir en medio de la pobreza y la violencia. Allí pude observar con mis iniciativas que el desarrollo es posible si se hace a gran escala en una dinámica general", asegura.
Gaétan explicó a HOY Guareña lo que pasa en este país ubicado en el corazón del continente africano donde, a pesar de no gozar de mucha atención por parte de los medios de comunicación internacionales, pasan cosas muy serias y dramáticas.
"Imaginen un país de extensión tan grande como España y Portugal, habitado sólo por cuatro millones y medio de personas, cubierto casi en su totalidad por bosques, con una tierra muy fértil, con un clima maravilloso y con abundantes reservas de oro, diamantes, uranio y petróleo. Parece que estamos ante un país maravilloso. Ahora, escuchen la segunda parte. Se trata del segundo país más pobre del mundo, muchos de sus habitantes están desplazados, la esperanza de vida ronda los 48 años, y cientos de miles de niños sufren desnutrición y están sin escolarizar. Esta es la República Centroafricana", explicó la situación de aquel país.
Brevemente, ¿cuáles son las razones de la guerra en Centroáfrica y qué componentes tienen?
El conflicto de Centroáfrica tiene causas políticas, económicas y religiosas. En primer lugar, el país lleva muchos años con sucesivos gobiernos corruptos salidos de golpes de Estado. Cuando no hay ni estabilidad política ni legitimidad, es normal que surjan conflictos que pueden llevar a una guerra y un estallido social. Todos los dirigentes que condujeron el país se caracterizaron por la corrupción, el nepotismo y el regionalismo, dejando el país sumergirse en la miseria. En segundo lugar, Centroáfrica es un país muy rico en minerales (diamante, uranio, oro, petróleo etc.) pero se posiciona en la lista de los países más pobres del mundo por la mala gestión de esos recursos. De repente, uno puede pensar que la codicia de los multinacionales para hacerse con esos minerales yace por debajo de los conflictos recurrentes. En tercer lugar, viene el tema religioso. Los musulmanes de Centroáfrica son una minoría que vive mayoritariamente en el nordeste, en la frontera con el Darfúr, lugar completamente descuidado, sin infraestructuras ni desarrollo. El sentimiento de abandono y de frustración empujo a muchos a tomar las armas para reivindicar sus derechos. El conjunto de esos factores llevó el país al colapso actual.
¿Hay esperanza o la solución pasa por rebeliones?
Siempre hay esperanza. No podemos estar pesimistas. Donde los hombres aceptan sentarse sobre una misma mesa de diálogo, hay solución. Concretamente, se acaba de celebrar un foro nacional de reconciliación que reunió a todos los actores políticos, militares, sociales y religiosos. Todos se pusieron de acuerdo sobre los temas importantes como la liberación de los niños soldados, el desarme de todos los grupos armados, la libre circulación en el interior del país y la organización de las elecciones generales a finales de este año. Si la Comunidad Internacional sigue apoyando y si los beligerantes respetan su palabra, habrá paz. El problema surge cuando algunos se comprometen y luego no cumplen.
¿Cómo se podría desarmar a los Seleka?
El tema de los seleka es muy complejo. Ahora mismo están divididos en más de tres facciones y se afincan en la parte este-norte del país, un territorio inmenso y muy armado. Por la fuerza, no parece que sea fácil desarmarlos si tenemos en cuenta que el gobierno no dispone de un ejército nacional. No creo que los cascos azules de la ONU se atrevan a entrar en enfrentamientos mortales en esos bosques y selvas. La única solución posible es el diálogo y el dinero. Así, se les puede integrar en la sociedad a cambio de su desarme voluntario. Muchos están listos para emprender alguna actividad comercial si intercambian sus armas con dinero. Pero es importante que el gobierno central tenga dinero y que sea eficaz a la hora de aplicar las decisiones tomadas.
¿Y qué piensa de una intervención internacional?
En Centroáfrica ya hay una intervención internacional. Primero empezaron los países vecinos con 2.000 militares, luego tomó el relevo la Unión Africana con 3.500 militares y finalmente llegó la ONU con 12.500 cascos azules aunque nunca llegaron a esta cifra. En paralelo, Francia intervino con 2.000 soldados en la operación Sangaris y muy posteriormente también la Unión Europea decidió enviar a 800 militares entre ellos unos 100 españoles. La intervención internacional ayudó a parar lo que se anunciaba como una limpieza religiosa entre musulmanes y no musulmanes así que la estabilización de las grandes ciudades. Pero no consiguieron desarmar ni a los antibalaka ni a los seleka. Al final, la comunidad internacional puede ayudar pero en el último término serán los nacionales los que tendrán que tomar el relevo.
¿La Iglesia puede invitar a evitar sentimientos de venganza?
La Iglesia ya ha hecho mucho para evitar una catástrofe. Desde el principio, inició plataformas que reúnen a los dirigentes musulmanes, protestantes y católicos en muchos sitios del país. Con estas plataformas, se consiguió sensibilizar a los habitantes y evitar males mayores. Donde funcionaron bien, no hubo matanzas. Al nivel nacional, el arzobispo de Bangui, mgr Nzapalainga, junto con el Imán Layama y el pastor Grekoyame hacen una labor extraordinaria para solucionar los conflictos religiosos. Por otra parte, muchos sacerdotes abrieron las iglesias para dar cobijo y protección a los musulmanes que huían de sus pueblos atacados por los antibalaka. Muchos siguen todavía escondidos en las iglesias. Ahora, la Iglesia ha fijado como mensaje principal el perdón y la reconciliación entre los distintos beligerantes.
¿Qué se puede hacer desde Europa?
Europa mostró una gran debilidad a la hora de abordar el tema de Centroáfrica. Cuando se trataba de enviar tropas, los 25 países de la Unión Europea no fueron capaces de reunir a 1.000 militares. Al final enviaron unos 800 efectivos que hicieron una buena labor. Sin embargo, el hecho no deja de ser una vergüenza para los que ven a Europa como una potencia con grandes presupuestos militares y como heraldo de los derechos humanos. A la hora de la verdad, no se manifestaron con contundencia. Ahora lo que se puede hacer es apoyar económicamente las iniciativas que se están tomando como por ejemplo involucrarse en el desarme de los grupos armados así que formar el nuevo ejército nacional. Luego, una vez que se hayan hecho las elecciones generales, ayudar a poner en marcha los proyectos de desarrollo e infraestructuras. El país está completamente destruido y si se quiere evitar futuros enfrentamientos, será necesario proyectos serios de desarrollo.
¿Dónde cree usted que realmente esté la solución, en formar a la gente, acabar con el analfabetismo...?
No existe ningún país del mundo que se haya desarrollado sin pasar por la educación. Para mí, la educación es el pilar fundamental de todo el edificio. Es importante que todos los niños vayan a la escuela y que sigan hasta la universidad. Solamente así se prepara un futuro seguro. Sin educación, seguiremos fabricando a jóvenes desempleados y analfabetas, capaces de confundir armas con medios de vida. Luego en la medida de lo posible, alfabetizar a los mayores que no pudieron ir a la escuela en su momento. Para mí, el desarrollo africano pasa por la educación sistemática de todos.
"El mundo es peligroso, no por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que miran pasivamente sin hacer nada", dijo Einstein.

martes, 9 de junio de 2015

Libia en trozos

La crisis de Libia se ha convertido en un rompecabezas tanto por los propios libios como la comunidad internacional. A hora de hoy, nadie sabe lo que puede salir de las negociaciones iniciadas en Argelia entre las facciones rivales y bajo los auspicios de la ONU y otras en llevadas en paralelo en Maruecos entre los dos parlamentos existentes.
Después del derrocamiento de Kadhafi, los libios se encontraron en una situación de desorden. No había ningún plan serio de reconciliación nacional. El gobierno de transición al que apoyó la OTAN para atacar las fuerzas de Kadhafi no se mostró capaz de unificar el país en un proyecto común. Se destruyó el ejército nacional y la administración. El país se quedó entre las manos de bandas que habían luchado cada una a su lado con intereses propios.
De repente, Libia se vio sumergido en enfrentamientos tribales y sectarios con señores de guerra autónomos luchando para ampliar su influencia y su territorio. Al gobierno central le faltaron fuerzas e ideas para mantener un país unido. Entre tanto, los yihadistas aprovecharon para afincarse y crear un espacio para el estado islámico. También los traficantes de todo tipo encontraron espacio para hacer de Libia su plata forma. Los yacimientos de petróleo sirven para financiar las milicias que luchan entre ellas.
Aprovechando el caos, las redes mafiosas hacen pasar a los inmigrantes de diversos países por allí antes de emprender los peligrosos viajes por el Mediterráneo.
En la actualidad, existen un parlamento y un gobierno no reconocidos por la comunidad internacional en la capital Tripoli y otro parlamento y gobierno reconocidos en Tobrouk. Las negociaciones de Maruecos pretenden llevan los dos rivales a un acuerdo para formar un gobierno central.

domingo, 7 de junio de 2015

EL OLVIDADO CASO DE JOSEPH KONY Y SU LRA

(artículo publicado en el blog de El país "África no es un país")

¿Quién conoce la verdad de Joseph Kony? ¿Quién sabe los detalles de sus atrocidades? ¿Quién recuerda que existe un grupo que viene secuestrando a los niños, violando a las mujeres, forma un ejército de adolescentes y desplaza pueblos enteros durante años?. Kony pasará a la historia como uno de los rebeldes más sanguinarios del mundo, sin embargo, poco se habla de él.

La Historia.

Uganda, desde su independencia en 1961 de manos de Gran Bretaña, se convirtió en un escenario de golpes de Estados y guerras de las distintas tribus para hacerse con el control del poder.
De 1961 a 1966, fue dirigida por Kiwanuka quien fue derrocado por Milton Obote mediante un golpe de Estado. Éste empezó una limpieza étnica durante sus años de gobierno hasta que, en 1.971, fuera expulsado por el célebre Idi Amin Dada. Amin fue mundialmente conocido por su inmensidad corporal y su brutalidad. Muchos se acordarán de la película "Rescate en Entebbe y "El último rey de Escocia que pusieron de manifiesto la megalomanía de este estrafalario y sangriento personaje.
Se cuenta que Idi Amín arrojaba a sus adversarios en un lago de los cocodrilos y disfrutaba contemplando como eran devorados vivos. Durante su mandato, se ensañó con los habitantes de las tribus del Norte, particularmente Acholi y Langi. Al final de su reinado, la Comunidad Internacional llegó a contabilizar aproximativamente 100.000 asesinatos pero hay quienes piensan que la cifra es demasiado pequeña.
En 1978, el ejército de Tanzania apoyado por Inglaterra entra en Kampala y derroca a Idi Amin. Toma el poder Yusuf Lule quien luego fue derrocado por Binaissa. Los dos presidentes no duran en el poder ya que Milton Obote que había huido de Idi Amín vuelve del exilio y lo retoma nuevamente  en 1980.
Obote se enfrenta a múltiples rebeliones. Hostiga a los habitantes del sur de Uganda y llega a echar a los refugiados ruandeses considerándolos cómplices de sus opositores. Fue en aquella época en la que muchos refugiados ruandeses entre ellos Fred Rwigema y Paul Kagame, el actual presidente de Rwanda, se unieron a la rebelión de Museveni.
En 1985, el general Tito Okello toma el poder en Kampala pero su gobierno dura poco porque en 1986, Museveni toma el poder. A partir de este momento, los militares afines a Tito Okello huyen hacia el norte en la frontera con Sudán y montan guerrillas contra el nuevo mandatario. De allí nacerá la Lord Resistance Army” conocida como LRA.
Entre 1961 y 1986, es decir en menos de 25 años, Uganda fue dirigida por más de ocho presidentes, todos llegados al poder a través de la violencia.
Joseph Kony (foto internet)


¿Quien es Joseph Kony?

Joseph Kony nace en el norte de Uganda en 1961 durante la época de la independencia de su país. Pertenece a la tribu Acholi. Durante los años siguientes a la independencia, esta parte del país fue varias veces abandonada por los gobiernos centrales cuando no, perseguida duramente. Durante el mandato de Idi Amín, los Acholi fueron insistentemente hostigados y perdieron a muchos de sus eminentes dirigentes. Se puede decir que Kony creció en un ambiente de violencia permanente.
El padre de Joseph Kony era catequista católico mientras que su madre era de confesión anglicana. Siguiendo los pasos de su padre, Kony se inicia en la Iglesia católica y se hace monaguillo hasta 1976.
En 1995, Joseph Kony entra en el movimiento armado de Alice Lakwena llamado "Movimiento del Espíritu Santo".
El movimiento de Alice Lakwena empieza en los años 1980, aunque realmente se hace conocer en 1986 cuando Museveni toma el poder en Kampala y ella se ve obligada a huir en el norte de Uganda para oponerse al nuevo mandatario. Constituye un “ejército místico”  y pretende luchar con procedimientos mágicos y espirituales.
Lakwena afirmaba estar en contacto con los espíritus potentes entre ellos Nyaker de Acholi, Wrong americano, Chingpo coreano, Franco de Zaïre etc. Ella se consideraba un nexo espiritual y mezclaba el cristianismo con el esoterismo. Decía comunicar con el más allá y predicaba la pureza moral. Su objetivo era derrocar al gobierno central e instaurar un reino místico y escatológico basado sobre los principios cristianos.
Durante sus batallas contra el ejército nacional, ungía a sus soldados y les prometía la invulnerabilidad contra las balas. Se cuenta que tenía poderes extraordinarios para transformar a sus militares en árboles u hormigas desviando así la atención del ejército enemigo. Sus enemigos huían más por el miedo a sus poderes mágicos que por su potencia militar.
Sin embargo, a pesar de sus pretensiones exotéricas, fue derrotada y muchos de sus soldados murieron en los campos de batallas abatidos por las balas. Huyó a Kenya y dejó su movimiento en manos de Joseph Kony.

El surgimiento de la LRA.

Joseph Kony toma el mando de la rebelión contra Museveni después de Alice Lakwena, transformara el Movimiento del Espíritu Santo en una nueva agrupación utilizando los mismos métodos.  Así nace la LRA con la pretensión de luchar contra el gobierno de Kampala.
Kony cree que está protegido por la providencia. Lleva una cruz en su pecho como signo de protección y de alianza con el más allá y obliga a sus soldados a llevar la  misma cruz. Empieza su jornada con una sesión de oraciones y prácticas espirituales. Unge a sus soldados con aceites y los convence que las balas no pueden nada contra ellos. Durante la iniciación de sus guerreros los habla con voz fuerte y les adoctrina en esa creencia de que luchan para restaurar el reino de Dios sobre la tierra, un reino que se regirá por los diez mandamientos bíblicos. Cree en la poligamia y se dice que habría tenido más de 40 mujeres y una multitud de hijos, todos miembros de su ejército.
Kony se ilustró en el secuestro de niños en el norte de Uganda a los que llevaba a la selva y los transformaba en soldados después de una limpieza mental. Algunas veces vaciaba las escuelas en plena luz del día y nunca más se volvía a saber nada de los muchachos. Sus métodos consistían en secuestrar y adoctrinar a los niños de tal manera que no quede nada de sentimiento humano en sus corazones. Se cuenta que en varias ocasiones enviaba a esos niños ya adoctrinados a matar a sus padres para mostrar fidelidad y valentía antes de ser considerados como guerreros oficiales.
En los lugares donde ha pasado el ejército de Kony se cuentan atrocidades sin nombre: mutilaciones horribles, quema de personas vivas, violaciones de mujeres delante de sus hijos, estrellar los niños contra la roca etc. Los que intentan escapar de su ejército reciben un castigo ejemplar siendo torturados hasta la muerte. La LRA es un ejército de gente sin rastro de compasión, desprovista de todo tipo de sentimiento humano. Uno de sus características es matar sin pensar.

La internacionalización de la LRA

En los años 1994, hubo un cambio estratégico en la región de los Grandes Lagos. Murieron los presidentes Habyarimana de Rwanda (1994), Mobutu de Zaïre (1997) y el célebre rebelde Savimbi de Angola (2002). El gobierno de Sudán del norte empezó a negociar con los rebeldes del Sudán del sur para acabar con la guerra que llevaba décadas y de la que Kony se aprovechaba. De repente, Kony se encuentra aislado y su derrota militar no se hizo esperar.
En los años 2006, Joseph Kony, hostigado por el ejército de Museveni, huye de Uganda; cruza la frontera con sus secuaces y se instala en el parque natural de Garamba en la República Democrática del Congo dejando atrás a más de 2.000.000 de desplazados. Allí, sigue con sus tropelías pero ya no para conquistar el poder sino para sobrevivir. Empieza a enviar sus tropas a los poblados para saquear víveres. Cuando sus guerreros llegan a un pueblo, cogen los víveres, capturan a los hombres para transportar el botín hacia la selva, queman vivos a los que no pueden andar, violan las mujeres. De paso, secuestran a todos los adolescentes, los varones para ser futuros soldados y las chicas para servir de esclavas sexuales.
Miles de congoleños cruzan la frontera de Zapay y llegan a Zemio en la República Centroafricana huyendo de las barbaridades de la LRA. Allí se encuentran hasta hoy en los campamentos de refugiados atendidos por la Comunidad Internacional. Unos 4.000 refugiados siguen instalados en los campos esperando  mejores tiempos, que no llegan.
A pesar del decreto del presidente Museveni concediendo la gracia presidencial a todos los rebeldes en 2006, y a pesar de la voluntad del gobierno de Uganda de llegar a un acuerdo, Kony prefiere seguir su vida en la selva. En 2008, cruza la frontera de la República Centroafricana y ataca la ciudad de Obo. Su llegada a Centroáfrica produce un movimiento masivo de desplazamiento de la población. Prácticamente todos los pequeños pueblos desaparecen y la gente tiene miedo de ir a cultivar sus huertos.
Desde entonces, la LRA no ha dejado de maltratar al pueblo tanto congoleño como centroafricano. Las violaciones de los derechos humanos son incontables. Los que consiguen escapar de los campamentos de Kony cuentan un sinfín de barbaridades. Cuando la LRA ataca un pueblo, muchas personas están atrapadas y obligadas a llevar cargas pesadas sobre sus cabezas y hacer marchas forzadas durante días en medio de la selva. Los niños que nacen en la selva se convierten automáticamente en rebeldes y no conocen otra cosa que la violencia y la vida salvaje.

Los integrantes de la LRA

En los inicios, la LRA contaba con jóvenes descontentos o ideologizados de la tribu Acholi en el norte de Uganda. Fueron ellos los que formaban parte de la rebelión de Alice Lakwena y que posteriormente integraron el movimiento de Joseph Kony.
Poco a poco, el movimiento fue secuestrando a niños y adolescentes a los que adoctrinaba y enseñaba a matar indiscriminadamente. Empezó haciendo esta práctica en el norte de Uganda. El ejemplo más claro es el de Dominic Ongwen, uno de los altos mandos de la rebelión, raptado cuando tenía 10 años. De hecho su captura y su posterior envío al Tribunal Internacional de la Haya suscitó un dilema jurídico: ¿Cómo condenar a alguien que había sido sometido a una limpieza mental desde diez años?
Cuando la LRA perdió terreno en Uganda, optó por ir reclutando efectivos en los países vecinos, siempre utilizando los mismos métodos. Prefiere utilizar a los niños que son más dóciles y aptos para obedecer a cualquier mandato.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos militares quedan en las filas de estos rebeldes tanto en Centroáfrica como en la República Democrática del Congo.  Algunos observadores estiman que quedarían menos de mil combatientes y que Joseph Kony estaría enfermo. Se acusa a Joseph Kony y su movimiento de haber matado a más de 100.000 personas y haber secuestrado a más de 60.000 niños durante toda su carrera.
En la actualidad, el ejército de Uganda se encuentra en el Este de la República Centroafricana intentando acabar con la LRA y capturar a Joseph Kony. También unos cien militares estadounidenses se encuentran en la ciudad de Obo dando apoyo al ejército de Uganda en el mismo sentido. La Unión Africana tiene como prioridad acabar con este hombre y su movimiento, pero de momento no lo ha conseguido. El Tribunal Internacional de la Haya lanzó una orden de busca y captura contra Joseph Kony. La película "Invisible children" consiguió sensibilizar al mundo sobre los abusos de la LRA pero no hubo resultados. Entre tanto, los pueblos del este de Centroáfrica y del nordeste de la RDC  viven bajo amenaza constante de este grupo.

Gaetan kabasha

USA y los presidentes africanos

En la cumbre de los jefes de Estados africanos con Estados Unidos, el año pasado, el presidente Obama dejó caer una frase que no pasó desapercibida: "Africa necesita las instituciones fuertes y no a hombres fuertes". Desde entonces, lo que parecía una frase anodina se ha convertido en una línea de política exterior de los Estados Unidos para con África.
Efectivamente, últimamente, el departamento de Estado lleva tiempo recordando a muchos mandatarios que no aceptarán los cambios de constitución con el fin quitar el límite de los mandatos presidenciales. Últimamente estamos asistiendo a unas declaraciones muy poco diplomáticas de los funcionarios americanos dirigidas a países concretos. Es un giro radical tanto en la política como en la diplomacia. Queda ver cómo esas declaraciones se escuchan en algunos países de África y cómo se traducen en hechos reales.
Hace pocos días, la organización de los países de África del oeste (CEDEAO) rechazó rotundamente la idea de limitar los mandatos presidenciales. El rechazo radical vino del presidente de Gambia, Yahya Jammeh, quien lleva dirigiendo el país desde 1994 y no piensa dejar el puesto antes de morir. El otro presidente que rechazó la idea fue Faure Gnassimbé quien acaba de ser elegido por el tercer mandato.
Pero particularmente, las declaraciones de los Estados Unidos van dirigidos a la región de los Grandes Lagos donde en los dos o tres próximos años, casi todos los presidentes estarán acabando su segundo mandato.
Los presidentes de Sudáfrica y Ghana se proponen trabajar con la Unión Africana para que todos los países africanos adopten el principio de dos mandatos para favorecer la alternancia política.
El problema que se plantea es: ¿Es normal que los Estados Unidos hablen con un tono autoritario a los países independientes sobre una materia que atañe a su soberanía nacional? ¿Es posible desoír la propuesta de un país que tiene toda la potencia económica, política y militar al nivel mundial? Pero también hay otra pregunta que se refiere a los propios africanos: ¿Necesitamos que los Estados Unidos vengan a recordarnos que el mundo va cambiando y que el mejor desarrollo tiene que ver con la mejor gobernanza?

miércoles, 3 de junio de 2015

Sudán del Sur ¿Estado fallido?

Toby Lanzer, el coordinador de la ayuda humanitaria de la ONU en el Sudán del Sur acaba de ser expulsado del país por el gobierno central. Su culpa: haber dicho en términos claros que el Sudan se está encaminando hacia un Estado fallido. La verdad es siempre muy difícil de encajar porque toca donde uno quiere tapar y te descubre donde estás escondido. Ese señor dijo en voz alta lo que todo el mundo dice en voz baja: todo se desmorona en Sudán del Sur.
Todo empezó después de la independencia de este país el 9 de julio de 2011 cuando, después del referendum, Sudan del Sur deviene el país número 193 de la ONU. Los amigos de ayer, aliados contra Khartoum forman un gobierno de coalición donde Salva Kiir es presidente y Riek Machar deviene vice-presidente. Pocos meses después, las rivalidades eternas entre los dinkas y nuers estallan y Salva Kiir expulsa a Machaar acusándole de querer fomentar un golpe de Estado. Una guerra sangrienta se extiende en el interior del país. Miles de personas mueren en los enfrentamientos, otros son matados a sangre fría por su pertenencia étnica y muchos sudaneses se ven obligados a dejar sus hogares desplazándose hacia lugares seguros.
El presidente de Uganda apoya militarmente a Salva Kiir y consigue recuperar algunas ciudades pero las fuerzas reales a Machaar no se rinden y ocupan muchos pequeños pueblos. Las fuerzas de la ONU en el país se quedan como observadores sin permiso de intervenir. El país se hunde lentamente. Las negociaciones para reconciliar a los dos hombres fuertes no llegan a nada.
En resumen, el petróleo del Sudán del Sur está siendo utilizado para matar a sus propios hijos. En lugar de construir escuelas, hospitales y carreteras, los dos bandos se dedican a comprar armas y municiones para auto-destruirse. Estamos a un paso de un Estado fallido.