miércoles, 11 de marzo de 2015

Las guerras africanas

No todo África arde

La generalización que frecuentemente se hace sobre África suele ser fuente de confusión. El desconocimiento sobre el continente y la simplificación hace que, desde occidente, se hable de África como si fuese una realidad homogénea sin tener en cuenta su enorme diversidad. Se puede oír decir : África va mal; los pobres niños de África mueren de hambre; todo es miseria en África; las guerras son incesantes en África... sin hacer mayores precisiones, ni identificar país, regiones, zonas o circunstancias en la que ocurre. Lo que contribuye a configurar una idea superficial, imprecisa y, en casos, distorsionada de la realidad africana, que unida a cierta pereza intelectual o falsa compasión, provoca ante los ojos de Occidente y del mundo, una percepción incompleta de lo que realmente es.
África es un mosaico multicolor. Conocer sus problemas, sus gentes, sus riquezas y miserias, sus fuertes contrastes…sus virtudes y defectos, requiere como premisa aproximarse a ella con voluntad de saber. Lo que exige esfuerzo, rigor y análisis como demanda el conocimiento de cualquier otra realidad geopolítica de dimensión continental. Con la singularidad de que, en el caso de África, además, requiere una exigencia urgente en hacerlo. Por la dignidad del hombre, por el bienestar de los africanos y por la estabilidad del mundo.
Si el tema que nos interesa aquí es el de las guerras, la primera afirmación categórica que hay que hacer es la de que ¡no toda África está en guerra!. Bien es verdad que hay guerras en muchos países pero también es verdad que hay muchos países estables. Los hay que tuvieron una guerra pero que ya no la tienen y los hay que nunca tuvieron guerra desde su independencia. No todos los países están estancados o en regreso. Los últimos indicadores muestran que una buena parte del continente africano está creciendo.
Y cuando se habla de guerra también conviene hacer algunas precisiones y distinguir lo que es conflicto, guerra e inestabilidad.
Se habla de conflicto cuando dos o más individuos, grupos sociales, conjuntos ideológicos o naciones entran en confrontación y emprende acciones mutuamente contrarias con el objetivo de neutralizar o eliminar la parte rival. Un conflicto puede ser verbal, ideológico, político o bélico.
La guerra es la forma del conflicto más violenta que supone una confrontación armada entre dos grupos humanos o dos naciones. El objetivo de una guerra suele ser el control del poder, de los recursos naturales o humanos, la dominación del otro o la destrucción del enemigo. La guerra es siempre una prolongación del conflicto. Puede haber conflicto sin guerra pero no hay guerra sin conflicto.
En este sentido, no se puede hablar, a ciencia cierta que haya algún país sin conflicto. Los conflictos son algo habitual en todos los colectivos. Otra cosa diferente es la manera con la que se aborda cada conflicto. Muchos de los conflictos del mundo están latentes, otros completamente abiertos. Pero eso no significa que cada conflicto vaya a generar una guerra.
Se habla de inestabilidad en un país cuando las instituciones no garantizan una paz duradera. En muchos casos, se trata de golpes de estado recurrentes, revueltas sociales preocupantes etc.
En África, hay muchos conflictos más o menos graves, guerras dormidas y guerras abiertas. En los sucesivos análisis que iniciamos, nos dedicaremos a tratar las guerras latentes y abiertas, dejando otros tipos de conflictos para ser tratados de forma separada.

De antemano, hay que decir que sobre los 54 países oficialmente reconocidos en el continente africanos, solo7 están abiertamente en una guerra y 2 tienen una guerra dormida. Lo que significa que más de 45 países africanos pueden tener una cierta inestabilidad socio-política, en un conflicto más o menos preocupante pero no están en guerra.

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